MARUJA MALLO
MARUJA MALLO
Con motivo de la celebración del 8 de Marzo, día de la Mujer Trabajadora, hemos estado investigando sobre alguna de las mujeres más brillantes de la historia.
Os adjuntamos aquí un test para poner a prueba vuestros conocimientos a cerca de las grandes mujeres que pese a sus aportaciones a diferentes áreas, no recibieron el reconocimiento merecido por ello:
Comenzamos con un breve apunte biográfico sobre la mujer de la que vamos a hablar hoy: Maruja Mallo.
Representa a muchas otras que, lucharon por tener una voz propia en la España del siglo XX.
Representa a muchas otras que, lucharon por tener una voz propia en la España del siglo XX.
Maruja Mallo nació en Viveiro (Lugo), en 1902. Su verdadero nombre era Ana María Gómez González.
Desde muy temprano, ya durante su estancia juvenil en Avilés, demostró un profundo amor por la pintura que explotaría más tarde cuando, en 1922, cuando su familia se trasladó a Madrid y comenzó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidió con Salvador Dalí, que le introdujo en el ambiente del surrealismo y de la Generación del 27. Finalmente abandonó la academia.
Durante esos años, Mallo se convirtió en un miembro de la Generación del 27 y estrechó lazos con Dalí y Lorca, pero Buñuel no la soportaba, entre otras cosas por su opinión del amor libre, lo que le llevó a decir en una ocasión: "¡Queda abierto el concurso de la menstruación!"; lo que deja entrever el deprecio de la sociedad española de la época por las mujeres que se presentaban inteligentes y emprendedoras.
“El canto de la espiga” |
Formó parte del movimiento de las "Sin Sombrero", un grupo de mujeres artistas, escritoras, poetisas, escultoras... coetáneas a la Generación del 27. Su nombre procede un acto protagonizado por Maruja Mallo, Salvador Dalí y Margarita Manso al quitarse el sombrero en la puerta del Sol por lo que fueron apedreados.
Revista de Occidente |
Revista de Occidente |
En los años 30 viajó a París, donde tomó contacto con figuras como André Bretón, y su obra entró de lleno en el surrealismo. De vuelta en España, trabajó como profesora. Con el inicio de la Guerra Civil, se exilió a Argentina. Se vio influenciada por la vida cultural y social de la ciudad, siendo reprochada por ello, ya que su exilio fue muy distinto al de sus compatriotas. En 1939 pintó su obra más importante: “El canto de la espiga”. En la década de los 60 volvió a España, descubriendo un mundo muy distinto al que había dejado. Finalmente, murió en Madrid, en 1995.
Webgrafía:
- Para saber más pinche aquí
- O aquí
- Documental "mitad ángel, mitad marisco"
- Ciudad de Mujeres
- Artículo de El País
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